La noche de la Sagrada Familia y la Providencia

“Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto” le dijo el ángel del Señor a José, Custodio de la Virgen y del Mesías anunciados por los profetas. “José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto”. Cargó con el futuro de la humanidad a sus espaldas, con la Nueva Eva y el Nuevo Adán y, cual otro Abraham, partió en medio de la oscuridad de la noche, del desierto y de la fe. Aunque en esa noche estaba junto “al Sol que nace de lo Alto” y la “Omnipotencia Suplicante”, se sentía tal vez más a oscuras e inseguro de poder darles lo necesario para sobrevivir. Así José y su familia emprendieron un largo viaje iluminados por la fe en la Providencia Divina.

Creo que tener confianza en la Providencia es una de las pruebas más grandes que deben pasar las familias hoy en día. No es fácil confiar en que Dios dará lo necesario para educar a cada hijo y por lo tanto, no es fácil estar abiertos plenamente a la vida, respetando los ciclos naturales y rechazando el uso de anticonceptivos. No es fácil confiar en que Dios ayudará a atender bien y soportar el que un hijo, el papá o mamá tengan un accidente o una enfermedad degenerativa. No es fácil confiar en que Dios dará lo necesario cuando no se encuentra un trabajo digno. No es fácil confiar en Dios cuando hay que soportar a un marido o esposa que se han vuelto una verdadera cruz. No es fácil confiar en que Dios ayudará a guardar la fidelidad mutua cuando hay tantas tentaciones alrededor.

Todos estos son pruebas reales a las que muchas familias se enfrentan. Pero ante todo hay que recordar que (Rom 8,28): “Sabemos que todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios, de los que son llamados según su designio” y “Luc 12:6  ¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno solo de ellos queda olvidado ante Dios. Aún más, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pajarillos.”

Es necesaria la fe encendida y viva por la caridad, animada por la esperanza. Un ambiente teologal es necesario para que la familia esté en paz y pueda hacer frente a las pruebas que Dios envíe. Esta gracia se la pedimos a la Santísima Virgen para nuestras familias biológicas y espirituales.

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