Dejarse guiar por el Espíritu (Santo Tomás de Aquino)

Rom 8,14: todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.

Uno es guiado por el Espíritu de Dios cuando es iluminado por Él acerca de lo que debe hacer, por eso el Sal 143,10 dice: “enséñame a cumplir tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu espíritu que es bueno me guíe por tierra llana.”

Sin embargo, Santo Tomás hace una aclaración: este dejarse guiar por el Espíritu, no quiere decir que uno no actúe por sí mismo. Ya que el Espíritu no solo te dice qué hacer, sino que también te mueve el corazón para que desees hacerlo como con un instinto sobrenatural.

No significa que actuemos sin libertad para elegir o libre albedrío, sino que el Espíritu nos mueve desde adentro para que libremente elijamos el bien. Por eso dice Flp 2,13: “pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar.”

Que la Virgen nos ayude a ser dóciles al Espíritu Santo, responder cada día: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra”.